Se ha celebrado en la Capilla de Nuestra Señora de la Providencia, en los jesuitas de Santander, una bella Oración de Cuaresma. En ella han participado un nutrido grupo de personas: del Centro Loyola, de Entreculturas, Fe y Alegría, del Colegio Kostka, y también personas que acuden a la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, de la Calle San José.
Como fondo de toda la Celebración oracional estaba el texto de la Cena, y el Gesto de María Magdalena con Jesús: “María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume…» (Juan 12,1-8).
El objetivo era que los asistentes vivieran momentos de interioridad, de silencio y de contemplación, siguiendo la indicación ignaciana: “Como si presente me hallase en esa escena, cuyo protagonista es Jesús, María Magdalena, y los comensales”, resonaba entre los asistentes. La idea era intentar imaginar que cada uno era uno de los comensales: «Estar sentado a la mesa, ver la mesa, escuchar las conversaciones y sacar algún provecho personal…», continuaban los ecos.
«Nuestra vida es como un frasco lleno de perfume que Dios me regla cada día, una fragancia que no sirve si no se derrama, si el olor y el perfume no llega a los demás» resonaba también. Al final de esta oración, que mueve al cambio personal, a la conversión personal y social, imaginaban a Jesús a su lado. En la oración la idea era hablar con Jesús como a un amigo y contarle cómo se habían sentido: «A la vez pedirle luz, pedirle ser perfume de paz, de amor, de entrega, de servicio, de preocupación por extender el Reino de Dios de justicia y de fraternidad», finalizaban así los ecos.