Loiolaetxea en la Javierada 2025

La gran mesa compartida que somos Loiolaetxea nos animamos a ser, durante un fin de semana, mesa compartida “en marcha”. Como somos una familia grande, para tenerlo todo listo hubo que empezar a organizarnos con tiempo… lista de la compra para el súper, materiales y mochilas para todos, convocar voluntariado, reserva de buses, coordinación con Martutene, reuniones del equipo… no queríamos que nadie se quedase con las ganas de ir. La energía de los días previos en casa era palpable; para muchos era su primera Javierada.

Y, por fin, llegó el gran día. Sábado por la mañana. 7.45, y el comedor ya lleno de gente preparando bocatas, con el apoyo de alumnas, alumnos y profes de los grupos Arrupe del cole San Ignacio. Y de casa, ¡a los buses! Vamos llegando las personas acompañadas, el equipo de trabajadoras, la comunidad jesuita, el voluntariado, las personas que han salido de permiso de Martutene y las familias acompañadas que participan. ¡Ya estamos todos y todas!

El bus nos acercó a 28 Km de Javier, al bosque de Loidi. Y allí nos sumamos a todos los peregrinos que ya estaban en marcha, este año con temperaturas bajas y viento vivo, y unas nubes que nos acompañaron durante todo el día aunque no quisieron descargar hasta que llegamos a Javier. El ambiente, como todos los años, es ambientazo. Y el equipo de fuerzas de seguridad y voluntariado que acompaña la ruta lo pone todo muy fácil. Contamos además con nuestro equipo de los coches escoba Loiolaetxea que pudo asistir a los que necesitaron un empujón.

Y en esos 28 Km caben muchísimas cosas. Cabe entrar en lo verde y regalar a los sentidos con imágenes, sonidos y espacios fuera de la ciudad, con lugares tan singulares como la Foz de Lumbier. Caben conversaciones de las buenas, de las que te permiten conocer y dejarte conocer. Caben bromas, juego, risas, …y hasta alguna carrera de los que van con más fuerza. Esta mesa compartida en marcha hace posible que personas venidas de muchos lugares nos sintamos comunidad, familia, en casa.

Al llegar a Javier, la lluvia anunciada, y el encuentro con muchos otros peregrinos. Encontramos a amigos, de colegios, skoutas y arrupes de Jesuitas, de la comunidad sj, de otros grupos, parroquias, coles, familias… ¡Hasta 900 personas de Jesuitas dormimos en Javier! Oración compartida antes de acostarnos …y a dormir.

Y tras el desayuno del domingo, y la posibilidad de participar en la eucaristía junto al Castillo y en la visita a un parque cercano, nuestro hamaiketako y el regreso a Donosti. Muy agradecidos por ver a tanta gente disfrutar, por sentirnos una vez más como una familia, por aprender juntas, por seguir avanzando, por poder hacer posible, una vez más, la gran mesa compartida.

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