Durante los días 28 y 29 de marzo, el Santuario de Loyola ha acogido el encuentro de la PA Loyola «La Justicia que Brota de la Fe / Fedeari darion Justizia», una jornada de reflexión y compromiso organizada en el marco del 50º aniversario del Decreto 4 de la Congregación General 32 de la Compañía de Jesús. Este evento ha reunido a 95 personas de diversas obras apostólicas con el objetivo de profundizar en la misión fe-justicia y su relevancia en el mundo actual.
El encuentro dio inicio el viernes 28 de marzo con una sesión inaugural que situó en contexto el Decreto 4 y su impacto en la Compañía de Jesús. Patxi Álvarez, ofreció una charla en la que destacó el legado del decreto y la transformación que ha supuesto en la labor apostólica de la Compañía. Subrayó la inseparable relación entre fe y justicia como una exigencia absoluta y no negociable de la misión evangelizadora.
Tras la ponencia, los participantes trabajaron en pequeños grupos compartiendo «ecos» sobre cómo esta misión interpela su labor cotidiana. Más tarde, Álvaro Alemany abordó la evolución de la misión fe-justicia a lo largo de las Congregaciones Generales 34 y 35, destacando la transición hacia la reconciliación como un nuevo marco de acción. El día concluyó con un diálogo abierto sobre los desafíos actuales de esta misión y con una celebración eucarística centrada en el compromiso comunitario.
El sábado se enfocó en la renovación del compromiso con la fe y la justicia. Una mesa redonda con representantes de los distintos sectores apostólicos (universitario, educativo, social y pastoral) permitió analizar los desafíos concretos en cada ámbito. Posteriormente, los participantes reflexionaron sobre la aplicación personal e institucional de esta misión, culminando con un taller donde se diseñaron propuestas concretas para fortalecer la opción fe-justicia en las obras de la Provincia.
El encuentro finalizó con una asamblea en la que se compartieron las conclusiones y compromisos asumidos, reafirmando el llamado a una acción decidida en favor de la justicia social desde la espiritualidad ignaciana.
En un mundo que sigue enfrentando profundas desigualdades, este aniversario ha sido una ocasión para reavivar el espíritu del Decreto 4 y proyectarlo hacia el futuro, con la convicción de que la fe solo es auténtica cuando está indisolublemente unida a la justicia.
